martes, 1 de octubre de 2019

Interesante libro sobre Isabel la Católica


Aprovecho que se acerca el aniversario del descubrimiento de Amèrica, el 12 de octubre, efemérides que me consta muchas voces quieren acallar porque lo consideran una fecha que no vale la pena recordar. Siento disentir de ese parecer. Pero no es este el motivo de este artículo, que más bien tiene un contenido bibliográfico.

Acabo de leer un libro muy interesante sobre la reina Isabel la Católica. Se titula Isabel. La reina guerrera y la autora es Kirstin Downey, una periodista de nacionalidad estadounidense.

El libro trata de exponer el carácter y el papel histórico de la célebre reina Isabel, francamente inédito en la época, por ser mujer y por la ingente tarea que desplegó. Cinco años tardó la autora en documentarse y escribir este fascinante relato que desgrana la historia de la reina Isabel, quien realmente constituyó un punto de inflexión en la historia del mundo entero.

La fuerte personalidad de esta mujer de alto linaje se labró en cuanto asumió ella sola el peso de la corona del reino de Castilla, la cual se colocó en una ceremonia convocada por ella misma desafiando el poder de su hermanastro el rey Enrique y de tantos nobles y miembros de la alta jerarquía eclesiástica (todos masculinos, obviamente) que dudaban de su capacidad como mujer para gobernar los destinos de una nación.

Isabel supo ganarse el respeto de muchos y el amor del pueblo. Su matrimonio con Fernando, rey del vecino reino de Aragón, sumó un aliado en las batallas decisivas contra franceses y sobre todo contra los turcos otomanos, que en el siglo XV constituían una amenaza de grandes dimensiones no solo para Castilla y Aragón, sino para toda Europa Occidental, pues tenían como objetivo hacerse con el vacío moral y político de la iglesia católica que imperaba en esos tiempos, y llegar hasta el propio corazón del cristianismo: Roma. No es óbice recordar que Isabel nació solo dos años antes de la caída de Constantinopla a manos de los turcos.

En la época de Isabel, el reino de Nápoles (al sur de Roma) formaba parte de la corona de Aragón, y Fernando e Isabel no escatimaron ejércitos ni pecunio para el mantenimiento de aquel codiciado reino. La autora describe con claras explicaciones el contexto histórico y los peligros de la amenaza turca que ondeaba sobre las orillas de los reinos de la península ibérica, lo cual propició, o intensificó, mejor dicho, el celo religioso de Isabel, llevándola a decidir entablar una guerra contra los musulmanes de la península que gobernaban y vivían en el reino de Granada. La cruenta guerra duró diez años, pero la determinación y la buena estrategia (y quizás el destino) llevaron la victoria a Isabel de la mano de Boabdil, el último sultán del reino, que entregó las llaves de la ciudad a la reina. El nombre de Isabel (y Fernando) se escuchó en muchas partes de Europa y su fama ganó muchos adeptos gracias a esta conquista.

Isabel fue una mujer que se preocupaba por la cultura y se instruyó en latín porque era consciente y sensible con las corrientes que predominaban entre las élites políticas y artísticas de los tiempos que le tocaron vivir. Y transmitió esa educación a sus hijos.

Se casó por amor con Fernando, su primo segundo, desafiando las voluntades que la querían casar con el rey de Portugal. No fue un matrimonio fácil: Fernando era rey de Aragón, y por tanto tenía que pasar mucho tiempo en sus tierras bregando con sus obligaciones como gobernante. Eso hizo que después de la primera hija (a la que llamaron Isabel), pasaran siete años hasta que tuvieron el segundo hijo; y después vinieron todavía otras hijas. En total, tuvieron cinco hijos, dos de los cuales murieron siendo jovencitos. Para disgusto de Isabel, Fernando le fue además infiel, y tuvo incluso hijos ilegítimos, humillación que ella tuvo que sobrellevar y, por si fuera poco, no solo lo aceptó, sino que también procuró medios y cargos para esos hijos extramatrimoniales del rey de Aragón.

Me es imposible recopilar todos los detalles valiosos de la apasionante historia de esta reina, tan bien narrada por la autora, una periodista de los Estados Unidos, que se crió en Panamá y sintió esa campanilla que le resonó en el alma y la llevó a querer saber más sobre la mujer que mandó a un marinero con quien al parecer tenía muchas afinidades, Cristóbal Colón, a esas orillas en busca de las indias. A propósito de esto, relata que el descubrimiento de América fue una experiencia bien difícil, en muchos aspectos: muchas personas de los dos lados perdieron la vida. Pero Isabel sabía que sus decisiones como gobernante provocarían cambios dramáticos en la vida de muchos ndividuos (el mismo año en que expulsaron a los musulmanes, enero de 1492, decretó la expulsión de los judíos, en agosto del mismo año). Su obsesión, diríamos hoy en día, era llevar la fe de Cristo a todas las tierras donde sus soldados llegaran, y lo consiguió. El lado oscuro fue que esa decisión dejó la península ibérica huérfana de muchos talentos artísticos y comerciantes, judíos y musulmanes que tuvieron que malvender sus casas y sus ganados, y marcharse prácticamente con lo puesto, de un día al otro; eso si no aceptaban convertirse a la fe católica, cosa que muchos hicieron y que muchos padecieron ‘gracias’ a la inquisición (fundada como Tribunal del Santo Oficio), que adquirió un papel predominante en tiempos de Isabel, por supuesto con su aprobación y entusiasmo, y que exportó también al Nuevo Mundo y a todos los territorios que gobernaba. Comoquiera que fuere, dejó escrito en su testamento que se evangelizara a los indios y se les tratara bien.

No soy historiadora y, por tanto, se me han pasado por alto posibles errores que se le critican en algunas plataformas a la autora. De todos modos, me ha gustado esa mirada de una escritora extranjera, ajena al peso de la historia sobre sus hombros que habría tenido caso de haber nacido en la otra orilla del océano, y me ha parecido un buen trabajo, que recomiendo encarecidamente. Quien quiera saber un poco más de ese siglo tan decisivo de transición de la Edad Media a la Edad Moderna y de cómo se fraguó su reinado, o la expulsión de los judíos de Castilla y Aragón, o el descubrimiento de América, busque este libro. Yo he leído una traducción al español (de Jesús de la Torre), pero el original está en inglés: Isabella. The Warrior Queen. Las 500 páginas de los 24 capítulos, más el epílogo y los agradecimientos, de lectura ágil, se le pasan a uno casi sin darse cuenta, porque te parece que estás viendo una película (con sus intrigas y mucha acción), pero con una diferencia: no es ficción.

¡Feliz 12 de octubre!

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